jueves, mayo 10, 2012

Los Zapatos para mis pies cansados.


Buscando entre las tiendas de renombre de mi país, siempre los zapatos son una gran fuerza motriz. El calzado es lo más importante, en mi juventud, mi padre me recitaba. Claro estaba que yo no dudaría en que en tres puntos específicos estarían. Quizás un punto cardinal o en artistas del calzado; sin dudarlo, pensaría en alguno al ponerme guantes en las manos.
Así me iba por la vida buscando el abrigo y comodidad para mis pies leales y, luego de una gran caminata, cansados de tanto andar. En la trinidad me veía, hasta que vi los habitáculos perfectos, en diseño y material, que cuidarían de la base de mis extremos. Pensé en un frío invierno y pantalones rectos que armarían el cuadro, más esos zapatitos estarían haciendo el evento perfecto.
Otra vez junté el dinero y el precio no tenía relevancia, más la imagen en mi cabeza ya estaba en pantalla. Pagué y en su caja me los quise traer. Crema para su cuidado les compré y no medié oportunidad para sentirlos en mis pies.
Pero una gran desilusión comencé a temer, cuando me fijé que sus tapillas -de avanzado diseño- en ninguna parte volvería a obtener. Se sumaba así que su cuero delicado no soportó mucho el asediado training que tengo como regla aplicar a todo mi calzado. Y el sentimiento se volvió amargura, al ver como los tacos se desprendían de la fijación que asidos los mantenía.
Ahora estoy detenido, esperando encontrar un nuevo exponente del calzado y entregar mi dinero para mis pies cansados.  La trinidad se ha roto porque uno de sus artífices no logró mantener la relación: precio calidad es mi razón. Ahora he salido de la tripartita opción y estoy mirando unos que tienen toda mi admiración.

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